martes, 4 de agosto de 2009

Que haría el diablo en nuestra iglesia?

Estimados miembros de la iglesia, Presente

Me hicieron esta pregunta: ¿Qué haría yo en la iglesia?
Si me lo permiten, tengo algunas propuestas sobre mi trabajo a desempeñar:

• Para empezar, no andaría asustando a los cristianos, el susto provocaría que se acercaran más a Dios, es decir "a la competencia".
• No sacaría cristianos de la iglesia, me son más útiles tenerlos como colaboradores dentro de ella, promoviendo los chismes, la envidia, las rencillas, la arrogancia y la hipocresía.
• No transformaría los programas de la iglesia, es más, apoyaría muchos de ellos con tal de tener a los cristianos 40 años en la congregación y sin haber transformado al MUNDO.
• No impediría la lectura de la Biblia, en tanto que se lea sólo para validar y ratificar dogmas ya asimilados y no para dejarse provocar y escandalizar por aquello que nos exige practicar.
• No impediría la vida de oración, en tanto que ella aparte a los cristianos del mundo y de sus necesidades.
• No impediría que se hable de Jesús, en tanto que sea de "Ese Jesús" que lo amoldaron a los paradigmas religiosos, para así ocultar a ese otro que grita desde los evangelios esperando que lo dejen entrar a la iglesia.

También me dedicaría a 3 misiones fundamentales.
1.- Matar
• Mataría las voces que denuncian la religiosidad hueca y daría larga vida a los fariseos.
• Mataría a todos los líderes que se ponen el "overol" para trabajar en servicio a los demás y daría larga vida a los pastores y líderes de escritorio.
• Mataría a los maestros de la Biblia que luchan para que las Escrituras vuelvan a orientar en las realidades que vive el hombre actual, en cambio, daría larga vida a los maestros que con dos versículos creen dar respuestas acabadas cerrando el diálogo.

2.-Robar
• Robaría la creatividad y la cambiaría por rutina religiosa.
• Robaría el amor a Cristo y lo cambiaría por un amor a las estructuras.
• Robaría el amor por la Iglesia y lo cambiaría por un amor al "edificio".
• Robaría la defensa legítima de la fe y la cambiaría por una defensa ciega a formas culturales religiosas.
• Robaría el temor de perder la integridad y lo cambiaría por el temor a perder el cargo que por tanto "luché" en la iglesia.

3.-Destruir
• Destruiría la posibilidad de nuevas generaciones de líderes y perpetuaría los cargos vitalicios.
• Destruiría el amor y perpetuaría la indiferencia.
• Destruiría la unidad y perpetuaría la uniformidad.
• Destruiría las ganas de servir y perpetuaría las ganas de mandar.
• En esencia, destruiría la iglesia desde adentro y dejaría erigido algo parecido a ella, pero sin el Señorío de Cristo, la fuerza renovadora del Espíritu y la compasión del Padre.

Se despide atentamente
El Diablo

Por Ulises Oyarzun

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