Si no hubiera sido por los errores que muchas veces he cometido, mi vida se habría privado de conocer las bendiciones que recibí. Si nunca hubieses estado triste, ¿cómo hubieras conocido la alegría? Si no hubieses cometido el error de haber lastimado a alguien, ¿como hubieras sentido la necesidad de ser perdonado como lo sentí cuando entregué mi corazón a Cristo? Si le he faltado a los seres humanos, ¡cuanto más le he faltado al Creador del universo! Si has tenido en tu vida la experiencia de negar a un hermano, a un padre, a un familiar; y has vuelto a casa como el hijo pródigo, y te has sentido bienvenido y perdonado...¡imagínate lo que es llegar a los brazos del Padre de la creación arrepentido y dispuesto a nacer de nuevo! Perdonar y ser perdonado es el comienzo y el primer escalón de toda la plenitud del hombre.
Lo que no digo cantando, Ricardo montaner
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